5.12.2005

poema

Hoy me queda esta voz de tundra
hablando de tu ausencia
como un collar de ecos,
hoy mis ojos se machucan
y dan el jugo que te vió,
viva,
brisa para el valiente,
tormenta para el extraviado.

Hoy soy más extranjero de este mundo
que cuando tus ojos me miraban,
me inventaban con la luz que acariciaban.

Nunca quiero despedirme para no perderme

5 comentarios:

Carlos Sánchez dijo...

Ausencias que no pasan nunca, de pasar ellas, nada quedaría de nosotros.

Es grato encontrarme con tu voz, ésta moche.

Te dejo mi saludo

elquetedije dijo...

ausencias, inexplicables presencias que no queremos dejar nunca

saludos para ti

Anónimo dijo...

extraño poema pero con una gran fuerza interior .

marietta morales rodriguez

elquetedije dijo...

gracias marieta por la visita

Anónimo dijo...

Sí, sí...las ausencias tan precautorias que dejan que el corazón se vaya desangrando de a poquito.

un saludo a la distancia.