Distante
absorto en la contemplación de mis páginas en blanco,
desierto,
sólo en medio de un paisaje de cascajo y horizontes de palabras,
como un niño
miro este páramo que con esmero construí al demoler mis laberintos.
¿Que si me arrepiento?
ciertamente no lo sabré nunca.
Tal vez cuando deje de escribir sobre mis ojos.
12.09.2005
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3 comentarios:
« Se promete pasear a menudo sobre sus ojos si así es necesario. Precisamente trata a la inspiración con cuidado y escriba, escriba. El arrepentimiento sólo dejemos que sea una forma vaga de muerte. »
arrepentire de escribir seria tanto como de caminar, lo que si, es que tal vez hay nostalgia del laberinto...
Me impactó mucho este poema. El páramo a partir del laberinto. Un dilema la angustia o la nada. Aunque se sigue escribiendo. Saludos.
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